Puede sonar absurdo pero lo cierto es que, por más que lo intente, no consigo recordar cómo era el uno de enero antes de 2007. Aunque me esfuerce, no logro acordarme de la celebración del primero de año hace más de cuatro. En realidad, a grandes rasgos, sé que nos levantábamos tarde, a qué misa íbamos, en qué casa comíamos y quiénes nos juntábamos; sin embargo, las caras, el bullicio, el ruido de la cacharrería, las conversaciones, las idas y venidas… quedaron veladas en esa fecha.
El uno de enero de 2007 se murió mi abuela Aurora. Fue la primera vez que enfrenté la muerte de una persona tan cercana. Y aunque puedo decir -orgullosa y agradecida- que tuve la inmensa suerte de disfrutar hasta ese momento de mis cuatro abuelos, aquel día, eminentemente festivo, resultó duro y extraño al mismo tiempo. Estaba como descontextualizado. Porque el uno de enero, ya sabemos, es la fiesta de María, Madre de Dios y Madre nuestra, y las costumbres de siempre junto a mi familia -junto a mi abuela-, ese primer día de 2007 se quebraron.
Aunque me costó, después, gracias a la perspectiva que nos dan la fe y el tiempo, las experiencias y el apoyo de la gente querida, fui capaz de mirar de otra manera. Y supe -sé- que, puesto que tenía que ocurrir, no pudo ser en mejor día cuando María recibió a mi abuela, también madre, en el Cielo, junto a su Hijo recién nacido por nosotros.
Así, desde aquel momento, estreno cada calendario con una mezcla de nostalgia, de alegría y paz. Nostalgia propia de los recuerdos, de lo que fue y ya no puede ser más pero sigue siendo de otro modo.. Alegría y paz por haber sido -¡por ser!- la nieta de una mujer maravillosa, por tener la certeza de que cuida de todos nosotros desde Allí con una perfección que no tenía en la tierra.
Y en las puertas del año nuevo, con la cabeza llena de propósitos, ilusiones, planes y expectativas, se las presento y ofrezco a la Sagrada Familia y también a mi abuela (y a mi abuelo Pedro, que llegó después) pidiéndoles que me ayuden a mantener viva la fe y todos los proyectos soñados, a ser fiel y estar cerca de todos los que quiero y me necesitan y a ser mejor, un poco mejor, cada día para dar lo máximo de mí cuando se me pida. Y cuando no.
Feliz año nuevo a todos. Y hasta cualquier rato ;)
3 comentarios:
Si, mi abuela Carmina (con "n" de Espana), tambien marco un antes y un despues en la vida de ATIZA. Nacio un 20N, que es una fecha dificil de olvidar para mi por motivos que no vienen al caso, y Dios se la llevo al cielo un 26 de junio, que tambien es una fecha que celebro de una manera especial cada ano.
Bienvenida, Marta-clavo!
Marta, maja, me duele decírteolo, pero te has equivocado. Y en el título, que es aún peor. Debía de ser Uno de enero, pero vale por dos.
Y su te parece, un brindis por Aurora, por Carmina (con ene de Espana) y por todos los que, como decía el cura_mingote de hoy, están ya en la Navidad perpetua.
Chinchin!!!
Pues venga ese brindis por todos los que marcaron un antes y un después en nuestras vidas y ya no están aquí.
Publicar un comentario