La cosa empezaba con la novena, todas las tardes a las siete, rosario, meditación bendición solemne. El Altar lleno de flores, la música de armonium, los cantos marianos....
En las clases, detrás de la imagen de la Inmaculada, una bandera azul con palomitas, cada una con el nombre de una niña, que se iba acercando o alejando de la Virgen según te fueras portando.
Y el día ocho. Uniforme de gala ( calcetines y guantes blancos, banda celeste en la cintura... y punto) M:isa solemne, desayuno en el colegio, función de bailes en el rellano, la gente sentada en la escalera, y como colofón, quema de un globo con cartas a la Virgen, las cartas se quemaban mientras el globo se elevaba y todo el mundo quedaba convencido de que la Virgen las había leído.
No le costaba un duro a los padres, no se alquilaba ningún teatro, no había nada más que mucha fe, mucha inocencia y ganas de pasarlo bien. Suena muy pueril, pero tengo .....ta años y lo recuerdo como si fuera ayer, con verdadero cariño y nostalgia.
Y por poco no se me pasa el día y me quedo sin contarlo. ¡ Peste de cuadrante!
martes, 7 de diciembre de 2010
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6 comentarios:
Sigo por aqui esperando aclararme con el cuadrante de marras hasta el 13 no voy a poder leeros a fondo y comentar.
Pero Feliz Navidad a todos
María Jesúys, estaba escribiendo porque ensaba que se te había pasadoooo!!!! No te metas con mi cuadranteeeeeeee!!!!!
Oye, qué frío la Novena en Pamplona!!!!!
Myriam, pasé uno nuevo. Siquieres, programa als entradas y si te lías, mándamelas por correo y te las voy pegando.
Si es que pasarlo bomba sale completamente de gorra, si uno le da al coco como es debido.
¿Y a que todo eso te ha servido después para hacéselo parar bien a tus hijos?
Yo recuerdo con más intensidad el día de la Niña María, el 15 de mayo. Hacíamos una procesión en el patio, todas las niñas con lirios y luego una Misa Solemne, y luego juegos y funciones en la Sala de Actos. Y nos poníamos la insignia del Colegio bien lustrada y brilllante.
A mí me tocaba leer siempre, desde pequeñita. Me ponían delante del micro, con todas las alumnas y los profes, y venga, a leer Dulci.
Y la comida era especial. Las mediopensionistas lo pasabamos la mar de bien porque después de comer, no había rato de estudio como siempre, sino juegos.
Jajaja, con tanto cambio de cuadrante no hay quien se entere.
Néstor, que te pongo una guirnalda de bombillas!!!!
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