Santa Claus

Hay muchas maneras de celebrar la Nochebuena. En mi casa desde que yo recuerde, cenamos siempre los mismo, la sopa de albondiguillas de mi bisabuela, con receta reinventada por mi madre y fondue de carne. Lo de la fondue es porque de pequeños nos encantaba y para hecrlo algo especial, mis padres decidieron empezar con una tradición nueva. De postre, como no podía ser de otra forma turrones. El de jijona y el de alicante que no falten, el de chocolate crujiente y desde hace poco incorporamos el de chocolate blanco, que desaparece antes de llegar a la mesa, no como el de jijona y alicante que yo creo que siguen siendo los mismos año tras año, jejejeje.

Despuès de cenar vamos todos a misa de gallo. A todos se nos hace eterna la misa porque sabemos que al llegar a casa habrá venido Santa Claus. Si, habeis leído bien: Santa Claus. ( también conocido como Santa, San Nicolás, Papá Noel...). Y yo soy una auténtica defensora de esta figura porque señores, Santa Claus NO es un invento de Cocacola, ni de El Corte Inglés. Santa Claus existió de verdad, San Nicolás de Bari. Hace mucho tiempo me contaron cómo San Nicolás había derivado en la figura popular de Santa Claus y lo he vuelto a encontrar aquí. Os lo resumo, tiene que ver con los holandeses que emigran a Estados Unidos y un señor que con algo de mala leche hace una sátira de sus tradiciones y el tiro le sale por la culata, porque con su sátira popularizó aun mas esa tradición que se ha ido adornando y adornando hasta lo que es hoy: ese señor barbudo y gordinflón que se desliza por las chimeneas y que añade aun mas emoción a la noche del 24.

Por eso, yo he decidido que, en mi casa, también vendrá Santa Claus, porque aunque casi no se le reconoce con todos los adornos que se le han ido poniendo con el paso de los años, en el fondo sigue siendo San Nicolás de Bari y no un invento de ninguna marca para vender más en Nochebuena.