martes, 16 de diciembre de 2014

Hoy tenía que hacer un recado al salir de trabajar, en la fría noche que en otro momento hubiese sido agradable sobremesa o caluros tarde. Esto del calendario y de los fríos invernales me tienen frito. A ver si cambia ya lo del cambio climático, somos todos tropicales y tenemos luz para aburrir. Estoy hasta las tuercas de este tiempo de lapones que nos toca las narices.
Total, que desviándose un poco el paseo, me podía llegar hasta una panadería en al que hace tiempo había encontrado mis polvorones favoritos. Los San Enrique.


Los polvorones San Enrique se encontraban hace años en un súper del barrio, pero, oh tempora, oh mores, el súper ahora es de una cadenilla y ya no voy, salvo en contadas ocasiones a comprar Denenes y Mahou Clásica, esto es alcoholes, aunque el 50% aptos para niños. Pero los polvorones ya no son esos, me parece. En una ocasión anduve buscando por la interné  a ver si encontraba la forma de hacerme con ellos y, albricias, di con esa panadería.
Esta tarde estaba fea, oscura, fría y en lugar de tiendas había cosas de chinos que te ponen uñas y sitios así. Si en el siguiente tramo no está, desistimos. Vale. Y estaba.
He comprado un saquillo.
Este.

Y ahora me los iré comiendo.

¡PMPLNAAA!!!

1 comentario:

Dulcinea dijo...

Qué chulo otra vez todos los Beleneros por aquí. A falta de cuadrante, entiendo que publicamos a barullo.

A propósito de los polvorones ¿empezar ahora la dieta puede ser una locura no?