jueves, 6 de agosto de 2009

Ya llega, ya, por Nodisparenalpianista

Bueno, bueno, ya falta menos, a ver si no. Y como hay que ir animándose, os propongo que vayáis dedicándole un tiempo a los asuntos navideños. Y para calentaros un poco, cosa un tanto ociosa, dadas las fechas en las que estamos, os cuento algo que acontecía hace la tira y media por estas fechas.
Resulta que Antena 3 de radio, la mítica cadena de emisoras, la primera cien por cien privada en España, la primera que apostó por la FM -sería de risa rescatar a todos los profesionales que de costa a costa dijeron que era una locura emitir programas generalistas por la FM- y, sin duda, la más innovadora de su momento; en aquellos meses estaba siendo desmantelada en su contenido por un politiquerío infame. De allí habían salido sus grandes estrellas y se habían quedado unos cuantos inasequibles al desaliento, profesionales irrepetibles que hicieron, durante los pocos meses que quedaron entre el antenicidio y su clausura definitiva una radio de primerísima división. El gran Miguel Ángel García Juez o Javier Ares y su increíble equipo en las retransmisiones ciclistas. Hasta Marlasca, que le imprimió a El primero de la mañana un ritmo informativo que, desde entonces, creo que no se ha repetido en la radiofonía actual. Qué panda.

Lo cual, que aquel julio y aquel agosto, por las tardes se encargó de de amenizarnos los calores el sin par Carlos Pumares. A ver, insultantes retoños: igual os suena Pumares de Crónicas marcianas y de otros programas-basura por los que deambulaba últimamente. Nada que ver. Si, era un provocador y un follonero, pero sobre todo era un gran crítico de cine que reunía, pasadas la una y lo que a García le daba la gana, a un montón de fanáticos del cine, noctámbulos varios y estudiantes con ínfulas para escucharle dar leña con alegría y chispa en su Polvo de estrellas. Total que le ponen a cruzar la canícula en los estudios de Okendo 23 para alegrarnos las tardes, sudando la gota gorda y tal, que la extensión del aire acondicionado es algo moderno y así.
En aquel macroprograma de música y entrevistas, comentarios y desvaríos en general, había de todo menos cine, pero sobre todo, resultaba espectacular porque a las cuatro de la tarde, a las cuatro más los informativos, colocaba un villancico. Aquellos gotarrones de sudor, las chanclas y las bermudas, la nostalgia piscinera, la caza del avieso mosquito, de pronto, salía Bing Crosby cantando Blanca Navidad y uno que quedaba helado. O el Rat Pack, o Raphael y el Tamborilero. Y claro, cómo no quedarse helado. La Navidad presente incluso entonces, en mitad del fragor veraniego, del cocimiento generalizado, la añoranza del turrón y de los polvorones, hacia Belén va una burra, rinrin, y pasando unos calores que pa qué.
El festival de Belenes, y nosotros sin saberlo.

4 comentarios:

Dulcinea dijo...

A mí me gustaba un programa de García Juez que se llamaba "El abanico". Era muy distraído. Y Ana Rosa Quintana aún no iba de Ofra.

Había calidad y rigor.

Nodisparenalpianista dijo...

Jo, qué tiempos, si, Dulci.

Anónimo dijo...

Así de pronto, "El abanico" iba más con los aires veraniegos que el villancico.

De todos modos no hay más que calcular los "tiempos" y los "programas" para saber las estrellas que tenemos,así que cuidadín.

Luisa

Atiza dijo...

Nada de lo que dices me suena, ni Pumares, ni García Juez, ni el tal García. Serán de tu época, majo.
Oquendo, Oquendo...eso sí que me resulta mas familiar.
Anda que no estás chalao: que si los Belenes, Agosto, Pumares y
el Almirante Oquendo: no sé que otra cosita mas disparatada podrías relacionar.
Y yo tan pichi confiando que en agosto, sujetabas tú mi vela (y la de algunas otras)
Qué tio!