Estábamos en el museo aquel de una abadía de Nápoles, al otro lado de la bahía, enfrente del Vesubio y con el Barrio Español al pie a mano derecha, como si dijéramos. Las vistas eran espectaculares,a pesar de que la tarde no acompañaba por nublada y por penúltima del viaje.
En aquel museo hay cosas de cuando los Borbones, de los milagros de apestados que sobreviven, grandezas del apsado español, Belenes estupendos, napolitanos, lo que son, y turistas poco, pero muy interesados. Una nenita francesa me mira con la boca abierta cuando cambio los objetivos de la cámara. Si la miro desaparece avergonzada, pero sigue pendiente de mi muga de reojo. Una iglesia muy bonita, barroca y una sacristía especacular, la madera tallada, hermosa, claro.
En una de las estancias nos sorprende una talla, precisamente.
A la Mamádelpianista le gusta especialmente. Se trata de una imagen de la Virgen recién terminado el parto. Está tumbada, con el vientre aún hinchado y con un cierto aspecto de cansancio propio de un parto en sus circunstancias. La Mamádelpianista nos reflexiona eso, que la pobre debería de estar molida, con un parto ahí, en mitad de un cobertizo para animales, preocupada por la salubridad para su Bebé y para ella misma, claro. El esposo, el santo -nunca mejor dicho- ahí, atendiendo el hombre a lo que pudiese, la ilusión y también el susto, la que se nos viene encima, la responsabilidad. El oficio, o sea.
Me podrías sacar una, Nodisparenalpianista, me pide, porque seguro que postal no habrá. Seguro. Vale, a ver.
No se puede hacer fotos, la cosa moderna, claro. Estamos en Italia, también.
La Hermanadelpianista está de palique con un vigilante estrábico -toca madera- y aprovechando lo del Pisuerga, siamo della Spagna, dubidú, le contamos que la nostra mamma vogle una stampa della Madonna tan peculiar. No, no, impossibile, ma, oggi podemos hacer una excepción. Una foto, solo una. Joer, macho, sin trípode, sin flash y poca luz, al menos dos, para asegurar al menos una, regateo. Si, como gitanos.
Y cuela.
Se que, rodilla al suelo y aguantando la respiración, con una me basta, pero así puedo coger un par de ángulos. Y mientras le da la matraca a la Hermanadelpianista y me lo tiene distraído, puedo echarle unas más o, en la sala del al lado, a los Belenes.
A la vuelta, revelado -porque sigo con cámara química, que como dice el de la tienda, las digitales son imagen, las químicas, fotografía, que nadie se confunda, compruebo que si, que el pulso sigue fino, fino y que la Mamádelpianista tendrá su foto.
Una foto que a mi también me encanta.
7 comentarios:
Oye, pues sí, qué curioso.
A mí eso de regatear me da un palo que no veas. Prefiero buscarme un momento en que no me vea nadie y claro, así a veces no lo consigo.
Creo que por aquí hay un belén napolitano. A ver si me lo traigo.
Ufffffffffff, Pinista me voy a buscar palabras adecuandas, para no decir que casi casi me pongo a llorar de emoción con la historia... :), cuando las encuentre cogo y vuelvo ;)
La foto es preciosa. Salta a la vista que valió la pena el regateo.
Por lo que veo actuais organizados, tipo banda. Menudo peligro teneis ;)
A todas estas, eso que cuentas de la hermanadelpianista y el estrábico ¿en qué quedó? je, je, je,
Altea, joer, que son italianos, que hay que darles caña!!!
Vale, Myriam esperaremos.
Jo, Luisa, si es que n me das tiempo.Llego tarde de ganarme el jornal y tomarme unas cervecitas, ejem. Ahora la paso, vale.
Uy, Dulci, ¿qué te pagas y lo largo todo? Sólo adelant unos datos: ojo de cristal, teléfono, vacaiones en la Spagna y la lotería que no toca.
néstro, Marta, Marichunga, venga, por vagos os ha tocado. El primero que la pegue gana.
PRECIOSO POST, FELIZ AÑO NUEVO DE BENDICIONES.
HNA,YAJAIRE.
Parece que no hay novedades. Voy a subir algo, para no perder comba, si no os importa.
Ya he encontrado las plabras adecuadas para comentar esta entrada:
bondadosa, afable, tierna, compasiva, honrada, virtuosa, recta, justa, honesta, bonachona, servicial, humana, piadosa, sensible, comprensiva, indulgente y amable y me he quedado tan pancha ja ja ja
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