domingo, 23 de diciembre de 2012

AFORTUNADAMENTE...

Afortunadamente ya han pasado las fechas fatídicas de comidas y/o cenas de trabajo con motivo de la Navidad. Que por otra parte dices ¿y qué celebra esta gente que presume de ser quemaconventos o el el mejor de los casos agnóstica o atea?. Pero vamos al compromiso ineludible de tener que cenar con tus compas del curro. Menuda ilusión. Pfff. El otro día oía a la Lomana dar consejos para sobrellevar el evento como ella lo llama. Primero la ropa. No arreglarse demasiado porque se puede entender mal (ésta hoy quiere conseguir algo), ni llevar demasiado escote (¿ves como es medio pilingui? ya te lo decía yo...), ni ir como vas al trabajo (qué pringada, mira que no tener un trapito apañado). Segundo con quien sentarse. El consejo es situarse cerca de gente con la que no te lleves mal, ya ni se plantea el llevarse bien. Y nada de sentarse cerca del jefe, ese sitio es para los pelotas y el jefe los desprecia. Tercero nada de alcohol mientras esté cerca el staff. Tu imagen puede salir muy mal parada y gracias a los móviles -que los carga tu peor enemigo- inmortalizada y difundida por la web de la empresa. Por cierto aprovecha para hacer tantas fotos comprometidas como tengas ocasión. Y si eres un poco malvada carga la copa de quien te cae mal y siéntate a esperar. La Lomana me pareció interesante, jocosa y didáctica. Este año me he librado por los pelos de la comida de marras, pero guardo como oro en paño todo lo que dijo. Si vosotros habeis ido a algún evento de esos o incluso si aún estais de resaca contad, contad.



4 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

Juajua, vuanta razón tenéis la Lomana y tú. Yo huí en cuanto tuve ocasión de mi festejo porque el horno estaba para bollos más bien duros como el pedernal, así que mejor mantenerse alejado del guisqui cheli y de los teléfonos móviles...

Dulcinea dijo...

Menudo colmillo tiene la Lomana. Fíate y no corras. Dejó a los jefes como a los trapos. Lo bueno eran sus explicaciones, los comentarios y los detalles que hacía.

Confieso que soy de las que hace fotos a los que dan la nota y llena las copas ajenas, je, je, je,

Altea dijo...

Yo he tenido hasta ahora suerte de no tener que ir a meriendas de negros de ese tipo. Qué espanto.

Altea dijo...

Hombre, lo que dice la tía ésa es cierto, pero bastante trivial, la verdad. Yo creo que es a lo que uno tiende por naturaleza. No te vas a sentar junto a tus enemigos. Y lo de los móviles... como a mí me horrorizan tanto las fotos, no se me ocurre ponerme al lado de uno/a con el dedo flojo.