





La foto viene de aquí.




El giliecolopijo buen deseo navideño me da ganas de subirme a una mobilete trucada, darle gas a tope y gastarme las quinientas pelas de gasolina haciendo nubes azules, y que le den morcilla al ceodós. Y a Al Gore, hombre, por si acaso. A mi, en lugar de tanta chorrada, si me cobras por lo que gasto, en lugar de por lo que me impositas,me haces feliz de una tacada, amigo.
- Entonces, este año el belén ¿quién va a construirlo?
- Mariano, como siempre. El tener un gripazo de abrigo y 39 de fiebre no es motivo que aparte a Mariano de su habitual tarea de construir el belén parroquial.
En efecto, allí está el artista, sentado en un taburete y con cara de haber pasado un camión por encima de él, pero dirigiendo atentamente la operación. Él no puede ni ponerse en pie, pero indica a sus acólitos dónde colocar cada pieza o cómo hacer que la cascada caiga en el punto previsto. Cada detalle es muy importante. Además, todos los años hay algo distinto: personajes nuevos, una cueva más para los pastores...
- Qué paciencia tiene usted.- le comentaba una parroquiana a Mariano.
- No hace falta tener paciencia, es que a mí me gusta mucho todo esto.- contestaba él emocionado.
La verdad es que tengo pendiente una entrevista con Mariano para colocarla en el blog, pero de momento no tengo bastante confianza con él. No sé si recurrir a mi madre, que tiene más rostro que yo.
De momento no puedo ni pegar foto, porque prefiero que lo veáis construido del todo. Mola un montón. A ver si este año volvemos a ganar el primer premio. Porque eso sí, algunos no ayudaremos nada, pero el galardón nos lo ponemos todos. ¡Jua!