A ver, como ya he dicho la entrada de Néstor despertó algunos recuerdos y.... si me lo permitís voy a contarlos.
Yo aterricé en España, en Barcelona, a principios de enero del año 1991. No recuerdo si fue ese 5 de enero o el siguiente, pero recuerdo que mi padre nos llevó a la cabalgata. Una de las cosas que más me gustan del mundo es la cabalgata de Reyes y aquella la recuerdo espectacular. Sus majestades llegaban en barco y ya en tierra firme daban un discurso. Mi Rey Mago favorito siempre ha sido Melchor. Total, que la emoción de ver a los Reyes de cerca era gigantesca (en México no había cabalgatas y si las había yo nunca fui), además los fuegos artificiales, las luces, los caramelos.... me encantó. No sé porqué pero el alcalde de Barcelona me subió al estrado en el que MI rey hacía dos minutos había dado un discurso y yo estaba emocionada y me regaló (el alcalde, no el Rey) un pin de oro de Cobi. Pero eso no me hizo ninguna ilusión, le cogí cariño a ese pin porque cuando me bajé del estrado se me acercó Melchor y me dijo:
"Este año no nos has escrito la carta..."
Yo estaba emocionada y me quedé sin palabras. Me miraba con tanto cariño que me dejó sin palabras. Luces, fuegos artificiales y MI rey de barbas blancas y cara de bueno ¡se había parado para hablar sólo conmigo! En ese momento seguro que era la envidia de muchos niños. Yo estaba encantada y a la vez estaba asustada... ¿si no les había escrito no me traerían regalos? Pero no. Ese año los reyes se portaron tan bien como siempre. No me acuerdo de lo que me trajeron, pero nunca se me olvidará la cara de Melchor.
Por eso me gusta tanto la Navidad. Porque he tenido la suerte de tener niños siempre a mi alrededor. En nuestra casa antigua, para entrar al cuarto de estar hay que abrir una puerta corrediza y la cara que ponen los peques cuando abren la puerta y lo ven todo lleno de regalos no la cambio por nada del mundo. En esta casa nos reunimos todos en un cuarto, en el piso de arriba y a las 8 despertamos a nuestros padres y bajamos las escaleras llenos de emoción. Una esquina no nos deja ver lo que hay en el cuarto de estar y el brillo que veo en los ojos de mis hermanos me recuerdan ese momento, Mi momento con Melchor. Desde entonces no me pierdo nunca una cabalgata, y me encanta la emoción que siento al ver pasar a Sus Majestades en sus carrozas.
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11 comentarios:
¡Jaja, Marichunagaaaa! ¡Nada de chunga, que nos has enternecido a todos!
Yo no tengo tratos con tan altas esferas pero mi Rey también es Melchor. Me lo adjudicaron por ser la primera. Gaspar es de Ana y Baltasar de Pol. Y como Nanote llegó el último, le decían que el suyo era "Se cayó" por ese chiste tan malo de los cuatro Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Basaltar y se cayó). Pero como vino "espabilau" de serie, la gracia no duró mucho...
Por cierto, no has dicho a quién le pringas la siguiente entrada...
Eso eso, auién le apsas el marrón, MArichungaaaa. Oye, me preocupa, con las chorizadas municipales que hay por aquí, que sea el alcalde el que te trae los regalos y el Rey el que te echa la bronca. Eso es muy sospechoso. Te pilla Casimiro García ABadillo y te destapa una trama de corrupción que no la tapas ni con once toneladas de boquerones. En vinagre.
Fotosfotosfotos!!!!!!!
Muy bonito Maria, pero no veo afotos, como no las pegeis os pego las lucecitas tipo mantra que decoran Madriz.
Esto del efecto sorpresa de quien escribe mañana es un poco sospechoso ¿no?
ah!! que no había pillado que tenía que adjudicarle la entrada a alguien!!!. pues le toca a... MARTA!!!!
¡Toma! Por hablar...
Pero bueno, ¿se puese saber por qué tienes siempre tanta suerte? Con la cantidad de enanos que habría por allí, y le toca a la recién llegada.
Mmmmm!! Noche de Reyes... ¿Quién puede olvidarlas?
Juajua, Marta, fíate del Teletipazo.
¿A que huele a prevaricación y a concejal untado, Altea???
Myriam, el disfraz de Luisa te queda que ni pintado. Eso si que es talento y no cuando ibas de mariposa!!!
Ay, Chunga, chunga... Si es que ya sabía yo que esa inclinación por BCN no era de ayer. Y, ¿qué te dijo Melchor: escolti tú?
Vale, vale: es broma. Es el puente de la Inmaculada, que me sienta mal no haber salido por ahí. La historia es emocionante, como todas las de la infancia. Este año, si veo a Melchor, le preguntaré por tus regalos...
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