sábado, 26 de diciembre de 2009

La Navidad y el frío

A mi me gustaba llegar a la torre pequeña porque después de un tiempo, parecía como que era todo diferente. Uno se sabía las habitaciones, el pasillo y esas cosas. Pero daba la sensación de que entrar nuevamente era irlo descbriendo por primera vez. Hacía frío, el ambiente era muy húmedo, por cosas de la vegetación y las vaguadas y las colinas, el sol sabía muy bueno y el humo era una fragancia maravillosa. Íbamos a comprar madera a un sitio al lado del Carreras. Te subías a una báscula para pesar el coche vacío y se volvía a pesar llenos de troncos. Entonces olía a pino y a la corteza con los musgos o esas cosas que no se cómo se llaman, hierbecitas, en suma. Llegábamos a casa y poníamos los troncos en la leñera, lo más ordenado que se pudiera. A veces salía alguna lagartija. Me gustan las lagartijas.

También estaba el escaléstric. Era un poco pesado montarlo en casa, poru e se tardaba en poner y luego era un estorbo tenerlo instalado todo el tiempo, pero en la torre si lo podía tener puesto más tiempo. Me gustaba un Porsche blanco, de esos estilo los de las 24 Horas de Le Mans. Creo que les llaman barquetas a esas carrocerías. Un nombre feísimo, pero es lo que hay. Igual era Mercedes, no se, pero me suena Porsche. Era muy estable, casi nunca se salía y culeaba en las curvas, así que según entrases, !zas!, al derrapar le metía un viaje al contrincante que lo echaba fuera.

Montábamos un Belén enorme, con corchos y río, y pueblo lejano, y dos grupos de pastores, las caritas redondas como de postal de Ferrándiz. No se dónde acabaría aquél Belén, pero con los años fuimos comprando uno igual. Después de la Navidad, con los corchos montaba unos Balcanes en la mesa del pinpón donde luchaban encarnizadamente los soldaditos aliados contra los nazis e italianos. Mi favorito era un británico del Octavo Ejército de Montgomery -por lo menos- con una ametralladora y un yanqui con pistola. Pero a veces los alemanes ganaban, por darle emoción al asunto. Una vez me regalaron una bolsita de aquellas de papel con las figuritas unidas a unos palitos que era de legionarios españoles, de color amarillo. Pero eran de otra escala, así que no se podían mezclar. Orden ante todo.

Por las mañanas, la humedad y el frío, solía escarchar. Por mucho que nos abrigásemos, nos quedábamos tiesos. Lo mejor era ponerse cerquita del fuego. La cara calentita, la espalda fresca. Las mondas de naranja sobre las brasas perfumaban muy bien. Estaban los deberes, que eran un rollo. La bici, las pistas, los juegos. El cura de la ermita levantaba la barbilla para señalarnos a los críos que alrededor del altar estaban los banquitos vacíos. Al final íbamos a empujones de las familias, porque, timidillos todos, no había valor para ir de motu proprio. Mi hermana solía leer y la gente la escuchaba muy atenta. Había baches en el camino y solía oler al estiércol secándose. Los días de mucho frío echaba humo.

7 comentarios:

Anonimomariag dijo...

¡Qué buenos recuerdos! En casa el excalectri o como se llame, lo montaban mis hermanos y para pasar de un lado al otro,porque siempre eterminaba en un sitio de paso, los pequeños terminábamos pisando las pistas y de más. Era divertido ver cómo "arreglaban" los coches.

maria jesus dijo...

Eso del excalextric debe ser muy navideño. Cuando tuve mi primer hijo varon, mi marido le "regaló", uno de cuatro pistas que, tradicionalmente, se monta en Navidad y que , a estas alturas de la vida, es tan enorme que no se puede montar entero, nos tendríamos que ir nosotros.

Hay que procurar que los niños almacenen recuerdos como los tuyos, para cuando lleguen las horas bajas recurrir a ellos.Siempre digo que a mí que me quiten lo bailado, que hay quien no baila nunca

Nodisparenalpianista dijo...

Pues de escaléstics tenía más, pero para salir del paso de hoy... bueno, para otro día.

Dulcinea dijo...

Desenpolvar los recuerdos infantiles suele ser entrañable.

Es un error pensar que son nuestro pasado; son nuestro futuro porque configuran nuestra identidad.

El escalestric es uno de los juguetes más aburridos, inútiles y chupaespacio que tienen los hermanos.
Y algunos los guardan hasta que son adultos ¿verdad Pianista? ;))

Myriam dijo...

Ja ja Dulci yo tengo uno guardado de mis hermanos y mis sobrinos pasan de el si quieres te lo mando:)

Los recuerdo de las Navidades pasadas son preciosos pero hay que seguir acumulando nuevos recuerdos todos los años.
¡Feliz Navidad!

Myriam dijo...

Para Frío el que he pasado este años el 24 y el 25 casi no llego a hoy :)

Nodisparenalpianista dijo...

El escalésctic quita el frío. Todo el rato yendo a recoger los coches que derrapan siempre por el otro lado, jolines...