domingo, 5 de diciembre de 2010

LAS DOS AMIGAS - CUENTO DE NAVIDAD

Bea quería que llegara la Navidad porque la ilusionaban los regalos, las vacaciones, el salir.

María le hablaba del niño Jesús, del Portal de Belén, de los villancicos y al final recibir algún regalo de los Reyes Magos… pero Bea solo quería un gran árbol para recoger muchos regalos la mañana de Navidad.

María le contaba lo bien que lo pasaban poniendo el Nacimiento, haciendo con piedrecitas el caminito al Belén; el papel de plata para simular el río, lo divertido de colocar las casitas, las figuritas y lo último, el niño Jesús en su cunita de paja.

Bea apenas la escuchaba, hablando de Papá Noel, de la muñeca que quería, de una Play, de un teléfono y muchas cosas mas, cuando María le dijo que si quería ir con su madre y con ella a llevar regalos y comida a la Parroquia, para los niños pobres.

¿Cómo? Le dijo Bea… si no tenéis dinero para comprar muchos regalos, ¿sí lo tenéis para llevárselos a gente que ni siquiera conocéis?

No somos tan pobres - contesta María- es que nos conformamos con menos para poder dar algo a los que no tienen nada.

Pero.. no lo entiendo… dice Bea. De todas formas, iré con vosotras.

Al sábado siguiente iban las dos amigas con la mamá de María cargadas de bolsas a la Parroquia.

Para Bea aquello era totalmente nuevo, así que se fijaba en todo… en las personas que recogían las bolsas, en otras que iban colocando lo de dentro, otras los metían en nuevas bolsas…. cuando reparó en un niño pequeño que miraba casi escondido detrás de una puerta, al otro extremo del salón.
Dijo a su amiga ¿vamos para allá? Y fueron las dos en busca del niño.

Cuando llegaron vieron que iba muy mal vestido y con unos zapatos muy viejos, por lo que Bea se empezó a reír de él y le dijo.. ¿no te da vergüenza salir así a la calle? Anda, ve y dile a tu madre que te ponga otra ropa.

El niño agachó la cabeza. María lo abrazó y mirando a Bea, le dijo… ¿no te das cuenta? éste es uno de esos niños a los que ayudamos. No tiene nada, su ropa es de otros niños que ya la dejaron de usar y apenas tienen para comer.
Beas se avergonzó mucho, también abrazó al niño y le pidió perdón.

De vuelta a casa, Bea iba muy callada.
María y su madre le preguntaron si le había gustado el paseo y Bea asintió, pero apenas habló.

Cuando llegó a su casa le contó a su madre todo lo que había visto. La madre la escuchó un poco asombrada, pues nunca la había oído hablar tanto y tan seguido de alguna cosa.

Mamá, tengo que pedirte una cosa

Dime hija ¿Qué mas quieres?

Pues es que … no quiero tanto, quiero que este año Papá Noel me traiga solo un regalo.

¿Y eso?

Quiero escribirle una carta nueva, quiero decirle que todos esos regalos que me iba a traer los deje
en la Parroquia para los niños pobres y de paso..mamá ¿podemos ir de compras y hacer unas bolsas
para llevarlas allí?

La madre apenas creía lo que su hija había dicho. Siempre la había considerado muy caprichosa y
egoísta, aunque a ella le gustaba complacerla para que fuera feliz.

Aquella tarde madre e hija fueron a comprar ropa, comida y algunos juguetes,

Bea llamó a María para que las acompañara a la Parroquia y por supuesto accedió.

De nuevo iban las dos amigas .cogidas de la mano, cargadas de paquetes, pero esta vez, llevaban algo mas:
Una ilusión nueva de una niña por la Navidad.

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6 comentarios:

Dulcinea dijo...

Un cuento muy didáctico, Chary. Encantada de conocerte.

Atiza dijo...

Qué bonito, Chary. Lo mismo que Dulci.

Nodisparenalpianista dijo...

Papá Noel me cae gordo. Bien, Chary, bien!!!

Atiza dijo...

Espera, que voy al cuadrante...A que me toca a mí...

Anonimomariag dijo...

Chary, muy bonito... por cierto hoy es San Nicolás (Papa Noel)es una pena que su figura se haya desfigurado.

Chary Serrano dijo...

Gracias por la acogida.
He estado fuera todo el puente y dejé la entrada programada,.
Conforme tenga tiempo leeré todo lo publicado